¿Dando se recibe aún más? Dos testimonios muy claros
Jazmín Renard y Josefina Fanny Barbeito participan en la sede que tiene la Fundación Nordelta en el barrio San Luis, en la Capilla Nuestra Señora del Rosario. Ambas, motivadas por el fin solidario están desde hace dos y cuatro años, respectivamente, acompañan y dando talleres de apoyo escolar y espacios lúdicos de juegos.
Josefina, de 20 años, estudia musicoterapia y llegó a este barrio del Nuevo Delta por el programa de voluntariado que tenía su universidad hace cuatro años. La beca en su momento terminó pero siguió en el programa por “el amor por los chicos”. En tanto, Jazmín, que estudia dirección de comunicación y llegó hace dos años por recomendación de su psicóloga que conocía lo que hacía Josefina.
“Llegamos al lugar, y ni siquiera estacionamos y ya están los chicos ahí esperándonos, saludándonos y recibiéndonos. Eso es totalmente llenador”
afirma Josefina sobre cómo es un día en San Luis. “Llegamos y saludamos con un beso siempre, y hacemos alguna dinámica o juego en que se copen y que sean entretenidas”, añade Jazmín.
Las chicas acompañan a una profesora y a la responsable de Nuevas Comunidades en la realización de actividades donde los chicos puedan aprender y llevarse conocimientos, así como también está el lugar para que puedan traer las tareas de sus colegios para poder hacer apoyo escolar.
Sobre cómo llevan el espacio y qué es lo que las motiva a seguir yendo como cada año, Renard dice que cada chico es como un “hermanito chiquito”. “Es algo que te llena el corazón. No sé cómo explicarlo. Tenés que vivirlo para entenderlo”, agregó Barbeito.