En abril iniciamos una búsqueda activa de voluntarios para que acompañen a niños en programas educativos.

Sylvina Gonzalez Venzano, nuestra Coordinadora del Voluntariado, cuenta cómo surgió la búsqueda y la importancia de confiar en el trabajo que venimos realizando para transformar realidades.

La red de la Fundación tiene un centenar de voluntarios que colaboran con nuestra organización de diversas maneras, como en el orden y clasificación de la ropa, juguetes y bazar que llega al Centro de Donaciones; así como también colaboran son los Representantes en los Barrios de Nordelta.

Hay también otros que acompañan a los profesores de los programas destinados a la niñez, como son los programas de lectoescritura Glifing y Dale, y los espacios de refuerzo escolar Contraturno. “Tenemos actualmente una dificultad de alfabetización de chicos de primaria que vienen de las escuelas públicas. Como fundación, tenemos programas que buscan zanjar esa diferencia”, afirma Sylvina Gonzalez Venzano, coordinadora del área de Voluntariado y Comunidad.

Desde hace 17 años que Sylvina es parte de nuestro equipo de trabajo. Ante la convocatoria que hicimos vía emailing y redes sociales, ella comentó sobre la recepción: “Tuvimos una muy linda respuesta de la comunidad: treinta y nueve personas se ofrecieron, de las cuales continuaron veinte”.

Una vez que se sumaron, realizaron numerosas capacitaciones y bienvenidas a los nuevos voluntarios. Los perfiles de quienes se incorporaron fueron desde jóvenes estudiantes hasta adultos profesionales. “Se incorporó una abogada que trabaja con minoridad y se sumó como voluntaria porque buscaba conectar con los chicos desde otro lugar, desde los sentimientos”, añadió Sylvina.

También agregó que, no solo para esta convocatoria puntual se acercan personas a participar. De “boca en boca”, mucha gente se acerca por la permanencia y la estructura que posee la Fundación Nordelta de trabajo ininterrumpido hace veintidós años.

De todo ese árduo y gran trabajo, Sylvina tiene esperanza para lo que viene en ese año: “la expectativa es que todos los que se capacitaron se queden en la Fundación por la satisfacción que da, que vale la pena el esfuerzo”.