“Los beneficios son múltiples y comienzan desde el útero”, afirma Alejandra Guillin, docente de nivel inicial y coordinadora responsable de los talleres de estimulación en Fundación Nordelta. “Con este vínculo se desarrollan todas las habilidades del bebé y se van fortaleciendo las distintas áreas de desarrollo como la motriz, emocional, intelectual, psico-motora, y lingüística”, añade.
Los talleres “Rincón de Juego y Estimulación” y “Creciendo de 2 a 3 años”, de los que Alejandra es responsable, son sólo algunos de los espacios que ofrece Fundación Nordelta dentro de su área de Salud, para acompañar a las mujeres en las distintas etapas que conforman los llamados 1.000 días, desde la concepción hasta los tres años de vida de un niño o niña. Otros espacios son el Taller de Preparación para el Embarazo y Parto, Grupo de Puérperas, Espacio Lactancia y Sala de Espera y se llevan a cabo en el Centro de Capacitación Educativa, una de las sedes que poseemos en el barrio Las Tunas, en General Pacheco, y en el CEPAN, el Centro de Prevención y Asistencia en Nutrición, que coordinamos en articulación con el Municipio de Tigre. En todo 2017, casi 1.000 fueron las mamás y los bebés que asistieron a estas actividades y en la actualidad, estos talleres cuentan con más de 600 beneficiarios.
Un período que deja huella
“Este período es la base de futuras relaciones, del desempeño en el colegio, el rendimiento, los vínculos, las relaciones con el otro”, continúa Alejandra. Y enfatiza: “Los bebés que no son mirados ni mimados, son bebés que emocionalmente corren con desventaja”.
“El primer año es vital en el desarrollo de cualquier ser humano, y no hay desarrollo posible sin la parte afectiva asegurada”, comenta Laura Fernández, Coordinadora de Programas Sociales y Coordinadora del Área de Desarrollo Comunitario de la Fundación. “Aquí se les enseña a las mamás para qué sirve la estimulación, y cómo se relaciona, por ejemplo, cantarles una canción con el desarrollo de la atención en el bebé, que más adelante va a estar vinculado con la etapa de escolaridad”. “Cuantas más herramientas le mostrás a la madre y cuanto más le explicás la importancia de ese desarrollo, más la empoderas a ella para que después sea estimuladora una vez que se corra de la actividad. Por eso la importancia de ellas como personas activas en el proceso de estimulación y vinculación”, agrega Laura.
Para Andrea Penecino, Coordinadora del Área de Salud de la Fundación, “se trata de habilitarlas a hacerlo. Muchas mamás llegan a la Fundación con mucha vergüenza, no se animan a hablarle al bebé, porque creen que no las entienden o no las escuchan. Entonces el saber te habilita y al ver que otras mamás juegan, cantan, etc., ellas mismas también se lo permiten”. Además, “muchas hacen todo el proceso. La propuesta de la Fundación es acompañarlas desde el día que tienen el test positivo. Desde ese día empezamos a trabajar el tema del vínculo”.
“Los talleres surgieron también porque se empezaron a detectar casos de nenes con bajo peso que no sólo tiene que ver con una cuestión económica sino con una cuestión vincular”, cuenta Alejandra.
Uno de los objetivos de estas actividades es que el adulto que asiste a los talleres sea el estimulador de ese bebé, y que con las herramientas adquiridas pueda hacerlo solo. “El conocimiento les aporta seguridad, autonomía, que es lo que intentamos hacer desde todos los programas”, asegura Andrea, que cuenta que muchas mujeres que se acercaron tímidamente a la Fundación, hoy participan de otros cursos, ya que “se dan cuenta de que pueden a pesar de ser mamás”.
“Es fascinante pensar en esto como red multiplicadora. La mamá que se va impactada pasa a ser estimuladora de otras”, dice Laura.
Consejos para implementar en casa
– Jugar con el bebé.
– Cantarle, hablarle, leerle. Cuidar el tono de voz. “Empieza a aprender a prestar atención porque en esa repetición por ejemplo de un estribillo, el bebé sabe que después de una parte, viene otra y después finaliza”, explica Laura.
– Hacerle masajes.
– Mirarlo. Mientras se interactúa con el bebé no mirar el celular ni la televisión. “Mirar es tan importante como darles identidad. El primer espejo del bebe es la mirada de la mamá. Existo porque alguien me está mirando”, aporta Alejandra. “La mirada del bebe te transforma a vos y lo transforma a él”, dice Laura.
– Verbalizar acciones y sentimientos: te quiero, te voy a cambiar, ahora vamos a dormir.
– Tener una rutina. Así como en los talleres existe una rutina, para el juego, para los ejercicios de motricidad, los de desarrollo lingüístico, etc., se les recomienda a las mamás que adopten una rutina para el bebé en sus casas: comida, baño, sueño, juego.